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Septiembre 2018 · Julio 2019
Estudio del superciclo del cobre y sus efectos en la Región de Antofagasta
Objetivo: Identificar los efectos socioeconómicos generados por el superciclo de precios del cobre (boom y contracción) en la Región de Antofagasta y los desafíos emergentes de mediano y largo plazo que se derivan de ellos.
Instituciones: BHP
Temáticas: Desarrollo Humano e Infancia, Economía
Sectores: Desarrollo Territorial, Economía, fomento y turismo
Director Académico, Investigador
Coordinadora técnica de Proyecto (primera etapa)
Coordinador técnico de Proyecto (segunda etapa)
Descripción
En la década que transcurre entre los años 2005 y 2015, la Región de Antofagasta experimenta los efectos de dos fenómenos de particular intensidad y duración en la industria productora de cobre. El primero, de carácter exógeno, consiste en un prolongado y sustancial incremento del precio del cobre, que alcanza su máximo el año 2011, seguido de una rápida declinación. El segundo, de origen endógeno a la industria, una expansión de las inversiones, que alcanzan el año 2013 un récord histórico, para luego declinar.
La materialización simultánea de ambos procesos da origen a lo que se denomina como “Superciclo del cobre en Chile”, que generó importantes efectos en el ámbito macroeconómico, en el desempeño de varios sectores productivos no mineros, y en distintas dimensiones el bienestar de las familias. En la cúspide del ciclo, Antofagasta evidencia importantes avances en campos como el nivel de ingresos familiares, la calidad del empleo, y la caída a mínimos históricos en los niveles de pobreza, o que la lleva a una posición muy ventajosa en estas materias en relación de las demás regiones del país. Con el repliegue del ciclo, los avances se desaceleran y en algunos aspectos retroceden.
Resultados
Habiendo transcurrido más de cinco años desde la cúspide del superciclo del cobre de Chile, es posible identificar qué efectos perdurables dejó este fenómeno, lo que, en conjunto con los importantes cambios del entorno económico-productivo a nivel global, configuran el escenario en el que se desenvolverá la economía antofagastina durante los próximos años.
- Durante el superciclo, las empresas mineras invirtieron un volumen de recursos que supera los US$25.000 millones, tanto en proyectos brownfield como greenfield, lo que permitieron expandir sustancialmente los recursos y reservas mineras disponibles para ser explotados en las próximas décadas.
- Estas inversiones garantizan un flujo de producción de cobre estable en niveles de 3 millones de toneladas métricas por año, en los próximos años. De esta manera, se conjura el riesgo de declinación de la producción de cobre de la región y se sostiene una base de demanda de trabajo y bienes intermedios en la región y el país.
- Del superciclo emerge una estructura productiva muy similar a la de 2005, con un sector minero que reduce su participación en el Producto Interno Bruto regional, lo que es reemplazado por una mayor presencia de sectores proveedores de insumos y servicios de la minería. Esto se traduce en que la economía regional sigue altamente vinculada a esta industria.
- La base de empresas proveedoras de bienes intermedios y servicios para la minería que opera en Antofagasta crece en número y ventas durante el superciclo sin evidenciar retrocesos importantes, luego de que este declina, lo que parece señalar un afianzamiento en su relación de negocios con las empresas mineras regionales.
- Existe un desarrollo incipiente de proveedores de base tecnológica para la minería en la Región de Antofagasta, el que aún no se refleja en volúmenes de producción y exportaciones detectados en las estadísticas macroeconómicas. Las exigencias de incremento de productividad que enfrentan las empresas mineras luego del fin del superciclo, ha generado un escenario favorable para el cierre de negocio entre estas empresas y los proveedores de base tecnológica.
- Como resultado del superciclo, Antofagasta alcanza el más alto nivel de ingreso familiar real entre las regiones del país, posición que aún mantiene el año 2017. Sin embargo, la ventaja respecto de las demás regiones ha ido decayendo en años recientes.
- Antofagasta reduce de manera sustancial el porcentaje de población en condición de pobreza multidimensional llegando a un 15%, el segundo más bajo nivel entre las regiones del país.
- Antofagasta detenta la segunda posición en términos de calidad del empleo entre las regiones del país.
- Luego de la cúspide del superciclo, Antofagasta aumenta su tasa de crecimiento demográfico como resultado de la llegada a la región de una importante cantidad de inmigrantes. En la actualidad, del orden del 11% de la población de la región es de origen extranjero.
- La dinámica de empleo en Antofagasta está muy influida por el comportamiento de la inversión. La puesta en marcha de grandes proyectos de inversión incide en la oferta de puestos de trabajo, los que son ocupados por trabajadores antofagastinos y conmutantes, cumpliendo estos últimos un rol supletorio cuando no existe suficiente disponibilidad de trabajadores locales.
- Si bien en años recientes hubo una menor demanda por trabajo, con la baja de trabajadores conmutantes, el empleo de los trabajadores residentes aumento y, de hecho, en 2018 el empleo total de residentes fue mayor en 35.000 puestos de trabajo que en el año 2010. Con todo, debido al rápido crecimiento de la fuerza de trabajo, inducido probablemente por el aumento en la inmigración, las tasas de desempleo posteriores al 2016 se han visto abultadas.
- La industria minera ha fortalecido su capital social en el país y se han generado arreglos institucionales público-privados a nivel nacional, que facilitan la materialización de proyectos colaborativos, los cuales, sin embargo, no siempre han integrado adecuadamente a la región de Antofagasta.
Puedes consultar aquí el Resumen Ejecutivo y el Informe final del estudio.