Este proyecto tuvo como objetivo diseñar e implementar una metodología para la elaboración de una malla curricular destinada a los fiscalizadores de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS). La propuesta se construyó de manera participativa, integrando el modelo de competencias conductuales y el levantamiento de conocimientos técnicos, con el propósito de fortalecer el proceso de fiscalización y alinearlo con las nuevas exigencias del sector. La ejecución del proyecto se dividió en dos etapas principales.
La primera etapa consistió en realizar un diagnóstico exhaustivo sobre las necesidades y competencias del rol de fiscalizador. A través de entrevistas y grupos focales, se recopilaron datos que permitieron identificar áreas de desarrollo y desafíos clave, estableciendo una base para la definición del perfil requerido.
La segunda etapa se enfocó en diseñar la malla curricular a partir del perfil identificado. se definieron las competencias clave a desarrollar, organizadas en diferentes áreas de conocimiento y habilidades, considerando el nivel de experiencia de los participantes. Además, se validaron los contenidos con expertos del sector para asegurar que la formación propuesta fuera adecuada y alineada con las exigencias del ámbito de fiscalización.
El proceso de diseño e implementación logró mejorar de manera significativa la preparación del personal, abordando integralmente las competencias técnicas, normativas y conductuales requeridas para el desempeño de su rol. Este enfoque integral no solo garantizó el cumplimiento de la normativa vigente, sino que también fortaleció habilidades clave como la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos, especialmente en contextos donde los fiscalizadores interactúan con las comunidades de los Servicios Sanitarios Rurales (SSR).
Una de las principales fortalezas de este proyecto fue la metodología participativa empleada, que permitió integrar diversas perspectivas sobre las necesidades de formación, garantizando que los contenidos fueran pertinentes y aplicables a la realidad del sector. El diagnóstico reveló diferencias en las percepción del rol del fiscalizador: algunos actores lo consideran un cargo predominantemente técnico y normativo, mientras que otros enfatizan la necesidad de incorporar un enfoque más comunitario, que incluya educación y apoyo a los dirigentes de los SSR.
A pesar de los avances, se identificaron desafíos que requieren atención para garantizar la sostenibilidad y efectividad del proceso formativo a largo plazo.. En respuesta, se diseñaron 60 cursos de formación que sumaron un total de 1.712 horas de capacitación, ofreciendo a los fiscalizadores un programa más completo y adaptado a las exigencias del sector.
Para consolidar estas mejoras, se recomendó implementar una malla formativa estructurada, adaptada a las demandas del cargo. Esta debe:
Con estas estrategias, se busca garantizar un proceso formativo efectivo, que fortalezca la fiscalización colaborativa y optimice el desempeño de los fiscalizadores de la SISS en el largo plazo.