La Cámara de Diputados aprobó la elección directa de los consejeros regionales. Gran noticia para la Democracia, pero insuficiente. Los países se desarrollan por tener buenas economías, sociedades y democracias… en todo su territorio. Un buen desempeño tiene que ver con varios factores; tener buenas ideas y buena gestión institucional es lo clave. Los GOREs deciden la inversión de 1.400 US$MM y deberían influir un monto 10 veces superior. Recursos elevados para cualquier país. ¿Cuál es la calidad de esta inversión? No existen estudios de impacto. Información anecdótica señala que la gestión tiene que mejorar en materia de calidad. Hoy el foco está excesivamente en la “ejecución”. Hay problemas graves de dispersión, y la inversión sigue la huella inercial de los sectores más que el despliegue significativo de las conveniencias y preferencias territoriales.
Los GOREs tienen una responsabilidad enorme, pero no cuentan con las competencias, recursos e incentivos suficientes para generar una diferencia. Hay problemas en el diseño e implementación de las estrategias. Se hacen esfuerzos por escribirlas, incluso de un modo sofisticado, pero con insuficientes estudios técnicos de diagnóstico y prospección, con procesos participativos rituales e improductivos. Las orientaciones son muy amplias y no discriminan, y los incentivos de corto plazo, especialmente en la mecánica de la ejecutabilidad presupuestaria hacen que los focos centrales se enerven. La capacidad de formular proyectos desde los GOREs también es limitada. Mucho por mejorar.
Se necesita un modelo institucional consistente con las funciones deseadas. Liderar estrategias regionales de mediano plazo requiere una organización, con un gobierno corporativo y recursos adecuados pensados para el largo plazo. La alta rotación de intendentes no ayuda. Este diseño debe equilibrar el sentido unitario de Chile, el buen uso de los recursos –tanto técnica como macrofíscalmente- con una descentralización basada en organizaciones robustas.
Quedar a mitad de camino puede darnos falsas seguridades, como sucede con las actuales estrategias regionales diseñadas normalmente para cumplir objetivos loables, pero que en los hechos con “como si” tuviéramos estrategias, en vez de tenerlas de verdad.
José Inostroza, Director Ejecutivo Centro de Sistemas Públicos (CSP)
Revista EE SUR, 31 de agosto de 2012