Para conocer su aplicación eficiente, Izabella Barati-Stec, profesora adjunta de la Universidad de Corvinus en Hungría, mostró un análisis de las municipalidades de su país y de los países de Europa del Este.
Ante la cantidad de desafíos a los que se enfrenta la administración local, como cambios en las tareas, cambios de tecnología, presión política, necesidad de crear servicios y actuar ante los cortes en presupuesto, la respuesta húngara ha seguido el camino de la descentralización, que involucra la definición de quién toma las decisiones y cuáles serían las fuentes de ingreso para alcanzar una autonomía fiscal.
De esta manera, explica Barati-Stec, los municipios comenzaron a independizarse económicamente del gobierno central mediante la aplicación de impuestos y tarifas, subsidios y acceso al crédito. Esto fundamentaría su autonomía fiscal y además permitiría transparentar y tener mayor control en la rendición de cuentas. Sin embargo, no todas las municipalidades podrían optar a créditos o préstamos, sino sólo aquellas que tuvieras una recaudación estable, buenas competencias en administración, políticos capaces de tomar decisiones, habitantes “acreditables” que apoyen a sus políticos y un buen manejo de caja.
Entonces, la experiencia húngara tiene como sello la creación de este fondo financiero asimétrico, con diversas fuentes. Además, determinó tareas obligatorias y transversales a todas las municipalidades, independiente de su tamaño, y promovió la asociación entre ellas.
No obstante, para un proceso tan complejo como es la rendición de cuentas, es necesario el trabajo conjunto de todos los actores presentes en la institución. Así proponen Catalina Delpiano y María José Pérez, para quienes la coordinación es una práctica que fomenta la producción de información, la transparencia y el control de la gestión. En ella están insertos tres actores: los individuos, las instituciones y las organizaciones, y más allá de generar competencia, estimula la colaboración.
Patricio Aroca, por su parte, se concentró en la desigualdad en la distribución de los ingresos en Chile. Existe una alta concentración de éstos y de los beneficios del crecimiento en torno a la Región Metropolitana, pese a que el aumento de la producción de las regiones ha sido más alto. Es decir, la Región Metropolitana tiene una capacidad muy fuerte de apropiarse de los ingresos que genera el crecimiento en el país.
Aroca sostiene que “más concentración atenta contra el crecimiento, por el nivel de desarrollo alcanzado en Chile”, razón por la que la desconcentración debería formar parte explícitamente de las políticas de promoción del crecimiento.
Las razones del incremento en la desigualdad se deben a acciones del Gobierno y mecanismo del mercado, como la evolución del fondo destinado a reducir las desigualdades regionales, el auge en el centralismo del gasto público, la asignación de becas del Estado para capital humano avanzado y la política monetaria del Banco Central de Chile para controlar la inflación.
Entre los mecanismos de mercado que aumentan la desigualdad regional y la concentración en torno a la Región Metropolitana se destacan la movilidad laboral, especialmente la conmutación interregional, el comercio interregional y la alta concentración en la capital del país de las gerencias o entidades de decisión del sector privado.
En tanto, Pablo González, consejero del Centro de Sistemas Públicos, mostró lecciones aprendidas de su estudio de accountability en instituciones educativas de América Latina (Chile, Colombia y Nicaragua), donde “la forma de hacer las cosas” es uno de los retos a cambiar cuando se establecen reformas, que tiene fuerte influencia sobre el resto de los componentes del sistema educativo: mecanismos de información, reforzamiento en el hogar, integración social, y jerarquía.