El trabajo realizado por nuestro Centro fue encargado por UNICEF, y en él se presentan propuestas de cambio para el diseño de la encuesta, que permitan mejorar las políticas públicas sobre la primera infancia en el país.
Una serie de recomendaciones de mejora a la Encuesta Longitudinal de Primera Infancia (ELPI) es la que plantea el estudio denominado “Propuesta de diseño metodológico de largo plazo para la ELPI”, encargado por UNICEF a nuestro Centro de Sistemas Públicos (CSP) de Ingeniería Industrial de la U. de Chile, para apoyar al Ministerio de Desarrollo Social y Familia, cartera que hoy está a cargo de aplicar la metodología.
Se trata de un trabajo que comenzó en el mes de abril con el levantamiento de experiencias internacionales similares a la ELPI, encuesta que puede considerarse un “censo” de la primera infancia y que hoy es el principal instrumento de seguimiento de desarrollo infantil en nuestro país, teniendo un alto impacto sobre las políticas públicas que surgen al respecto.
Así lo explica Yerko Calquín, ingeniero de Proyectos de nuestro Centro y coordinador del estudio, quien añadió que “la ELPI es una encuesta longitudinal, esto quiere decir que se hace a las mismas personas a través del tiempo, caracterizando el desarrollo de las personas desde la primera infancia hasta cuando van creciendo. En este contexto, nuestro estudio definió estrategias para el diseño muestral y el diseño de instrumentos de la ELPI, que permitan una mejor caracterización de la infancia y, en consecuencia, políticas públicas más pertinentes”.
Algunas recomendaciones
A la fecha se han realizado tres rondas de la ELPI en Chile, las que han estado a cargo de diferentes ministerios, como el de Educación, del Trabajo y, actualmente, de Desarrollo Social y Familia. La primera de ellas se realizó en 2010 y el objetivo es mantener a las personas encuestadas en el tiempo. Por ello, a partir del análisis de casos internacionales, evidencia científica y recomendaciones de un Comité Asesor de Expertos en la materia, en el estudio se propusieron acciones para motivar a los y las participantes a continuar siendo parte de la muestra o reemplazar a las personas, en caso de ser necesario.
Asimismo, se recomendaron estrategias para el diseño muestral, considerando cuántas personas encuestar, qué zonas incluir y cada cuánto tiempo hacer el seguimiento por tramo etario. En este punto, el coordinador del estudio precisó que, entre otras cosas, “propusimos hacer un seguimiento cada dos años, en el caso de los niños y niñas de 0 a 10 años; cada cuatro años entre los 11 y 20, y continuar en contacto en la adultez para seguir la vida de las personas, más que sólo la infancia”. De igual forma, desde el estudio se propone la realización de encuestas más periódicas, anuales o bianuales entre las distintas etapas de seguimiento. Esto implicaría también, mantener a un equipo de levantamiento de información estable, que mediante la experiencia adquirida, pudiese desarrollar la experticia necesaria para esta labor y así hacer más eficiente el proceso.
Cabe señalar que la jefa del Proyecto fue Pamela Jervis, académica de Ingeniería Industrial y colaborada de nuestro Centro. Además, como se mencionó, el estudio contó con un comité asesor de expertos, tanto extranjeros como del país, quienes participaron en las diferentes etapas del proyecto entregando recomendaciones desde sus áreas de especialización.
26 de enero de 2022