Garantizar la sustentabilidad económica del sistema, a partir de tarifas que promuevan buenas conductas en los hogares, es una de las tareas que evidenció este trabajo, impulsado por nuestro centro, en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente.
La gestión de residuos sólidos domiciliarios (RSD) es un tema que cada año adquiere más relevancia, en un contexto donde los graves problemas medioambientales que afectan al país y al mundo exigen nuevas respuestas en la materia. ¿Cómo cuáles? Según un estudio realizado por nuestro Centro de Sistemas Públicos y el Ministerio de Medio Ambiente, actualmente Chile tiene la tarea de generar un sistema sustentable económicamente respecto a la recolección de RSD que, en parte, pasa por generar tarifas que incentiven buenas prácticas en los hogares.
Bajo el título de “Análisis sobre el esquema tarifario establecido en la recolección municipal de residuos”, precisamente en este trabajo se estudió y levantó información sobre experiencias internacionales de cinco países, con el objetivo de identificar iniciativas destacadas o casos de éxito, así como brechas y oportunidades de mejora.
A esto se le sumó el análisis de las comunas del país. “A través de la revisión de ordenanzas y otras fuentes de los 345 municipios, de una encuesta y de la realización de entrevistas presenciales en terreno pudimos ahondar en la comprensión de mecanismos para generar propuestas de estructuras tarifarias de derecho de aseo para Chile, que reduzcan la generación de residuos domiciliarios”, explicó Carmen Leyton, ingeniera de Proyectos y Estudios de nuestro centro y una de las encargadas del estudio.
¿Cuáles son estas propuestas?
De acuerdo a la información recabada, en el estudio se observó la necesidad de que el diseño e implementación de sistemas de recolección de RSD, incluidas las tarifas, se enmarquen en políticas nacionales y a largo plazo, con una institucionalidad acorde para implementar esta estrategia. Esto, también, incorporando el carácter local, con el propósito de asegurar que se adopte de manera efectiva. A continuación, algunas de las propuestas del estudio:
Desde el principio de “quien contamina, paga”, es importante que el esquema tarifario señalice de manera correcta las viviendas, identificando cuáles son las que generan más residuos, cobrándoles más. Esta medición puede realizarse a través del tamaño del contenedor, número de bolsas o peso de los residuos descartables. En este punto, Javiera Bravo, también ingeniera de Proyectos y Estudios y parte en el estudio, destaca que “al revisar las ordenanzas municipales, observamos que un 56% de éstas establecen en su normativa una tarifa única, que se cobra a todas las viviendas por igual, independiente de su generación de residuos. Y sólo 15 municipios establecen en su normativa una tarifa diferenciada”.
Actualmente, la exención de tarifas es generalizada y no solo considera la condición socioeconómica de los usuarios. Un dato claro es que, según precisó Pablo Galaz, Jefe de Proyecto de la investigación, “hoy en día existen 140 municipios donde la exención total de tarifas de aseo supera al 90% de las viviendas”, afectando la sustentabilidad financiera del sistema de recolección y disposición de RSD. En este sentido, se propone formalizar el subsidio otorgado a las viviendas, acotando el beneficio de acuerdo a las condiciones socioeconómicas de los hogares.
Otra de las propuestas es diseñar los mecanismos de subsidio para las personas de menores ingresos que permitan financiar la operación del servicio. Por ende, un paso fundamental es el cálculo de la capacidad de pago de los usuarios del servicio para conocer el monto a subsidiar y los segmentos de usuarios con capacidad de pago menor a la tarifa. De este modo se obtiene una información crucial para la adopción de ciertos tipos de subsidios más acordes con la situación de los usuarios de la comuna, pudiendo ser cruzados, entre distintos usuarios, o verticales, provenientes del nivel central.
Adicionalmente, se pueden reforzar buenas prácticas asociadas a la recolección de RSD mediante programas complementarios. Esto considera programas de educación ambiental, recolección segregada en el origen, puntos de disposición de residuos aprovechables (como puntos limpios), programas de compostaje domiciliario e incluso barrial, entre otros.
De acuerdo a Carmen Leyton, “el valor de este estudio es que recabó y analizó información a nivel nacional respecto de los derechos de aseo y su puesta en marcha en los municipios del país, develando las brechas y las oportunidades que tiene Chile para gestionar mejor sus RSD. La recolección y disposición de residuos es un servicio no puede dejar de prestarse, por temas sanitarios, pero es fundamental que la población lo entienda así y se responsabilice, de cierta manera, por los residuos que genera”.
Concluyó que, en suma, el estudio presenta dos alternativas frente a este hecho: pagar más, o bien tomar conciencia y acciones para el aprovechamiento de los residuos (uso de programas complementarios). “Sabiendo que establecer tarifas no es un paso fácil, en el estudio proponemos tres grandes esquemas tarifarios y subniveles de implementación que tomaron en cuenta las características de los municipios del país. De implementarse, será un cambio lento y de largo aliento, pero que vale la pena implementar”, enfatizó la ingeniera de Proyectos y Estudios de nuestro centro.
¿Quieres revisar el estudio completo? Haz clic aquí: “Análisis sobre el esquema tarifario establecido en la recolección municipal de residuos”
08 de junio de 2020